Literatura
Versos entre vinos y birras
29/10/17
Diego Mattarucco es uno de los habituales en Intruso Bar
En una época marcada por la tensión de la Guerra Fría, surgen las Poetry Slam. Se trata de una convocatoria abierta para la libre interpretación de poemas: 12 poetas, 3 minutos cada uno.
El primero sube al estrado, recita el texto y el público vota. Así los doce. Getafe y el primer miércoles de cada mes en el Intruso Bar de Madrid, son los espacios más conocidos en los que se desarrolla esta disciplina, pero no los únicos.
Actualmente se lleva a cabo el primer miércoles de cada mes en el Intruso Bar de Madrid pero no es el único espacio que busca dar visibilidad a esta disciplina. El dinosaurio todavía estaba allí, La fugitiva y Aleatorio bar son otros de los locales que apuestan por eventos culturales, en los que se funden la poesía y la cerveza.
Aleatorio bar es uno de los bares más punteros de Malasaña. Su agenda cultural diaria recoge presentaciones de libros, conferencias, microteatros y jam sessions semanales. Los micros abiertos están coordinados por Carlos Salem, quien hace diez años fundó junto a Inés Pradilla, el bar cultural Bukowski.
El dinosaurio todavía estaba allí aúna dos placeres de la vida: gastronomía y literatura. Lavapiés recoge la tradición danesa en un barrio conocido por su intercambio cultural.
La poesía elitista cada vez se aleja más de la poesía urbana. Ahora, los cantautores se han apoderado de las
ventas de los libros de poemas. Muchos autores se muestran descontentos por la transdisciplinariedad de la poesía y acusan a los músicos de apoderarse de ella.
El proyecto conquista Madrid en 2009
Aleatorio bar ha heredado el espíritu del Bukowski, pero ha ido más lejos y reúne poetas principiantes y otros con una amplia trayectoria.
El mundo está cambiando, la poesía, también. En los últimos años ha explotado un movimiento que ya comenzó con el Bukowski. Escandar Algeet y Salem son algunos de los protagonistas. Los jóvenes están descubriendo la poesía, acuden a recitales y llenan sus estanterías de una nueva forma de escribir poesía.
“Traes tres poemas, te apuntas y lees”. Y luego se hace el silencio. Decenas de personas acuden los miércoles a Aleatorio en busca de una noche poética. El único requisito es respetar al de al lado y disfrutar la velada. El argentino confiesa que: “sería absurdo, siendo un acto de libertad expresiva, exigirle a quienes leen que tengan unas características determinadas, o escriban en un tipo determinado de poesía, que formen parte de una corriente o cualquier otra etiqueta parecida".
No hay buenos o malos, solo poesía. Salem insiste en la subjetividad del género y que en cualquier caso, independientemente de la calidad, siempre es mejor un libro malo que pasar las horas viendo Sálvame: “¡un tronista menos que tenemos!”
La poesía ha salido a la calle
El poeta argentino Carlos Salem recita Los Malos
Noches de jam session







