The King in the North
29/10/17
EEUU ya es una nación adulta. 241 años de historia desde que se independizó de los británicos. Una independencia de las de verdad, con todas las de la ley. 241 años que han dado para mucho; muy bueno y muy malo. EEUU ha sido capaz de lo mejor y de lo peor. Ahora se encuentra en un proceso de redefinición. La llegada de Donald Trump a la Casablanca ha tambaleado los cimientos de lo ha sido tradicionalmente EEUU. O, por lo menos, de lo que venía siendo en las últimas décadas.
Trump es un “político” con afán de protagonismo. Trata de conseguir la aceptación de los poderosos y la sumisión de los que aspiran a serlo. La realidad es que en plena campaña fueron muchos los famosos –y poderosos- que mostraron su rechazo al magnate neoyorquino.
Y como si un pasaje de Juego de Tronos hubiese invadido la carrera presidencial, cuando todos creían imposible que Trump llegase al poder, el multimillonario se plantó con las maletas en Washington. Con el muro por bandera, para hacer más rimbombante esta comparación “juegodetronesca”.
Sus ideas son conocidas y discutibles. El futuro de la nación más poderosa del mundo está por escribir. La creciente tensión con Corea del Norte, el problema de las armas, el conflicto sirio, el veto inmigratorio, etc., genera gran incertidumbre sobre qué puede pasar a corto-medio plazo.
El gasto militar del gobierno americano se ha elevado exponencialmente con la llegada de Trump. Un Trump que no rehúye la idea de una guerra. Una guerra que desde el sector republicano temen que se convierte en mundial. En una III Guerra Mundial. Afortunadamente, no parece muy probable que esto suceda. Pero tampoco parecía probable que Donald Trump ganase las elecciones. Tampoco parecía factible que EEUU y Rusia se “echaran flores” en la época a.T. (antes de Trump).
La globalización ha modernizado el mundo, pero lo ha vuelto loco. Quizá uno de los más locos haya llegado al poder en EEUU. Un loco cuerdo al fin y al cabo. Uno con las ideas muy claras. Unas ideas que pueden poner en peligro el futuro americano. Pero como en Juego de Tronos, aquí nada parece probable. Cada capítulo nos trae una sorpresa nueva. Trump es, sin duda, “The King in the North”.
